CAPÍTULO IV
Ay
Isabella, hay situaciones por las cuales la vida deja de tener
sentido por un momento. Pueden
ser eventos como la pérdida de un trabajo, un divorcio, una mala
situación financiera, enfermedades o perder a un ser amado, por
muerte o por alguna otra circunstancia.
No
importa la situación, dónde te encuentres o con quién. Lo que es
seguro es que después de ese instante la vida pierde su sentido.
Pierde sentido el trabajar, el ir a estudiar. Pierde sentido seguir
con tus actividades cotidianas y uno deja de apreciar los buenos
momentos, los pequeños detalles. Puede que reacciones con ira,
llanto, ansiedad, miedo o que entres en un estado de shock y no
reacciones en lo absoluto. Y puede que esta etapa dure días o
semanas. Pero incluso en esos momentos, mi pequeña, Dios nos enseña
algo.
Dios
permite pasar por este tipo de experiencias para que nuestra fe sea
fortalecida y crezcamos espiritualmente. Dios permite que pasemos por
estas experiencias porque nos ama y quiere lo mejor para nosotros. Y
es aquí, en medio del valle, que lo mejor de para nosotros puede
manifestarse.
Sé,
Isabella, que no has tenido momentos sin sentido en la vida, todavía.
Y no puedo, por más que quisiera, evitar que te encuentras en un
momento así, pero lo que puedo hacer es orar por ti y por tu
corazón. Porque todos atravesamos por este tipo de aflicción en
diferentes etapas de la vida. Y aunque hoy no puedas relacionarte o
entender con exactitud a que me refiero, quiero darte un par de
consejos para cuando tu vida pierda el sentido.
Lo
primero princesa es encontrar el gozo en medio de las pruebas. Tienes
que aprender a ver cada una de tus experiencias desde el punto de
vista de Dios, desde Su perspectiva. No es creer que la situación en
sí sea feliz, claro que no. Te va a doler, va a costar. Pero
entender que al caminar por ese valle algo muy valioso para tu vida
está en proceso.
Encontrar
el gozo en el sufrimiento, aunque se lea irónico y contradictorio,
no significa actuar alegre ante la tragedia y el dolor, sino saber
que, incluso una situación sin sentido, usa Dios. ¿Cómo llegas a
ese entendimiento? Confiando en Dios. Confiar en Él y tener la
certeza que Dios es soberano, Él está en control. Confía en Él y
Él hará. Hay un propósito, hay una enseñanza. La prueba de tu fe
produce paciencia. Al entender esto, Isabella, al entender que Dios
nada desperdicia sino que todo lo utiliza, es cuando podemos
gozarnos. Es cuando podemos encontrar el gozo en una situación
devastadora.
Vas
a tener el corazón roto, vas a llorar, pero Dios es tu consolador.
El quiere que sepas que los que vivas en el tiempo presente no se
compara con lo que está por venir. Ten presente en el dolor que Dios
tiene un propósito. Gózate en Él. Al terminar el proceso, serás
más la mujer que Dios quiere que seas.
Isabella
no entendía realmente a que se refería su tía, que
había omitido el saludo de
despedida en esta carta.
En sus dieciocho años de
vida no había experimentado lo que se describía en la carta. Pero
reconocía que si su tía había decidido compartir ese mensaje era
porque en algún momento de
su historia iba a pensar y creer que la vida no tenía sentido.
La
joven decidió hacer una pausa. Quería reflexionar sobre las
primeras cuatro cartas. Su tía había condensado temas extensos en
cuatro hojas de papel, por lo que le surgían dudas. Hubiera querido
que su tía estuviera cerca para aclarárselas.
Decidió
seguir ordenando su habitación, tal
vez así se iban aclarando sus pensamientos.
Pensó que colocar un tablero
con las cartas sería un muy buen recordatorio por si algún día se
encontraba en cualquiera de las situaciones que su tía había
mencionado. Guardó
las cartas sin leer en su mesa de noche y colocó las cartas leídas
en la pared frente a su cama.